Hoy en día no hace falta tener que ser "la vieja'l visillo" para escuchar un tanto por encima la conversación que otra persona está teniendo en su teléfono móvil: hay mucha gente a la que no le importa hablar en los transportes públicos, en salas de espera o en el descanso del cigarrito; poco hacen algunos para buscar un lugar con cierta privacidad. Recientemente unos científicos se plantearon estudiar si escuchar inadvertidamente a alguien de este modo produce distracción o desconcierto, sensación que todo el mundo ha experimentado alguna vez.

Dejaremos para otro estudio científico el curioso fenómeno de por qué la gente que está hablando por teléfono tiende a GRITAR. Aquí se trataba únicamente de comprobar si esas escuchas inadvertidas realmente distraen a quienes las sufren y si había en ello alguna razón científica.

La prueba consistió en pedirle a unos voluntarios que resolvieran problemas sencillos con un ordenador, mientras a su lado, o bien no había nadie, o bien había gente hablando por teléfono o en persona unos con otros. De esta forma se podría comprobar, por un lado, si el efecto existía realmente y, también, si se debía al tipo de formato o medio de comunicación usado. Los resultados los publicaron en un trabajo titulado Los efectos de las conversaciones a través de teléfono móvil en la atención y la memoria de las personas que están cerca.

Las conclusiones son divertidas y curiosas. Por un lado, se sabe que el efecto existe: si hay alguien hablando cerca de ti, el primer efecto es que eso provoca objetivamente cierta distracción y desconcierto. En las pruebas, el efecto se observó porque la persona es capaz de resolver menos problemas, necesita más tiempo o lo hace peor que si no hay nadie a su alrededor. Curiosamente, los voluntarios que realizaron la prueba no tenían por qué estar atentos a lo que sucedía a su alrededor ni a qué trataba la conversación, aunque luego se les preguntaban algunos detalles o palabras de ella para ver si habían captado parte de lo que se decía.

Por otro lado, el tipo de comunicación parece influir en esa falta de concentración producida por las personas que están cerca. No es lo mismo que haya dos personas hablando una con otra junto al sujeto, que si hay una sola que está hablando por teléfono móvil. Se cree, aunque no somos conscientes de ello, que es porque nuestro cerebro se pone en un modo del tipo "reconocimiento automático" cuando oye voces y eso es lo que produce la distracción.

Sin embargo, es curioso que oír a alguien hablando con un desconocido por teléfono distraiga más que oír a dos personas (que probablemente dicen más cosas y hacen más ruido), según se observó en el experimento. La razón que proponen los investigadores es más que interesante: nuestro cerebro además de prestar atención también intenta encontrar el sentido de la conversación. Como sólo podemos oír la mitad del intercambio, se ha de hacer más conjeturas, análisis y suposiciones acerca de qué va lo que está oyendo, tratando de que tenga sentido ? aunque lo hagamos casi de forma inconsciente. Al dedicarse a esa tarea se descuidan otras que sucedan al mismo tiempo, como por ejemplo la tarea principal que se esté realizando (en el caso del experimento, resolver problemas).

El resumen es que si sólo oímos a alguien hablando a través de su móvil retenemos menos datos en la memoria y nos distraemos más que si, por ejemplo, tenemos a dos personas charlando junto a nosotros, aunque sean más ruidosas.

Conclusión: tener "vecinos" desconsiderados en el autobús o el tren, o a compañeros en la oficina hablando por teléfono no solo es molesto de por sí, sino especialmente desconcertante debido a que nos están robando parte de nuestra capacidad de procesamiento cerebral incluso aunque no seamos conscientes de ello. Otro motivo más para pedir a la gente que por favor no hable tanto por el móvil en público y se busque un lugar más discreto para hacerlo.

Foto | Gravitas (CC) Jenny Downing @ Flickr