Quien nunca se haya quedado demasiadas horas en la oficina, que levante la mano. Si eres de esas personas que nunca ha alargado su jornada laboral más de lo deseable, eres un privilegiado. Es habitual que escuchemos cómo alguien se queja de "las horas que echa" en el trabajo, o que en lugar de quejarse se jacta de ello: "Me valoran más porque paso muchas horas en la oficina".

Es un error frecuente pensar que el empleado que se queda más horas en la oficina es el más entregado, el más comprometido con la empresa y, en pocas palabras, el mejor. De hecho, si nos paramos a pensar un poco, probablemente sea todo lo contrario: una persona que tarda en realizar sus cometidos, alguien poco eficiente. ¿Cómo evitar la necesidad de "echar horas" para que nos tengan en buena consideración?

Todo gira en torno a la productividad y a la consecución de los resultados. Si conseguimos hacer bien nuestro trabajo y además lo hacemos dentro del horario laboral, estaremos demostrando que el mejor trabajador no es el que más tiempo está en su puesto de trabajo, sino el que saca más tareas adelante.

Se trata de un cambio de mentalidad que, tal y como estás pensando, deben compartir nuestros superiores. De nada nos va a servir hacer el mejor trabajo y sacar tareas adelante a buen ritmo, si luego nuestro superior nos va a sobrecargar con más y más tareas. Sería un peligroso círculo vicioso que es necesario evitar.

Hay una serie de cosas que puedes poner en práctica para escapar de esta rutina de exceso de horas, y sobre todo, de exceso de horas improductivas y vacías. Se trata de decir "no" a ciertas prácticas:

  • Evitar ir a reuniones. Si no quieres ser maleducado, o bien necesitas una "excusa", di que tienes mucha carga de trabajo y que luego puedes examinar las actas de la reunión. Esas horas que ahorres puedes aprovecharlas para sacar trabajo de provecho, y las actas de la reunión te evitan la "paja".
  • Vacía o gestiona sin piedad tu bandeja de entrada. Más que evitar leer algunos emails, trata de despachar rápidamente lo menos interesante. Habrá emails que directamente no necesitarás responder, así que se puede invertir ese tiempo en algo realmente productivo.
  • Si hay algo a lo que no puedas dar un "no" rotundo, encárgate de ello pero trata de despacharlo lo antes posible: no vale la pena pasar demasiado tiempo con una tarea poco importante si realmente no es necesario, ¿no te parece? Se trata de no sobreestimar las tareas.

Cambiar la empresa es muy complicado; cambiar cada uno de nosotros es más sencillo. Y sobre todo, ten en cuenta que el trabajo se puede hacer bien o mal, y que no por hacerlo antes que otros compañeros estamos siendo peores trabajadores.

Foto | chrismeller

En Sin Vuelta de Hoja | Si eres emprendedor, no es lo mismo trabajar duro que ser un adicto al trabajo