Algo tan aparentemente trivial como sujetar el teléfono con la mano puede suponer todo un dolor de cabeza para los diseñadores de dispositivos e interfaces de aplicaciones. ¿Usará la persona una o dos manos para teclear? ¿Es mejor el modo vertical o el horizontal? ¿Se deben poner los botones "peligrosos" arriba o abajo, a izquierda o derecha?

Por desgracia este tipo de información no es algo que sea fácil de conseguir ni hay muchos trabajados publicados al respecto. Por esa razón, Steven Hoober se embarcó durante varios meses en un estudio de campo observando a la gente a su alrededor en todo tipo de situaciones y anotando metódicamente cómo usaban sus dispositivos en cafeterías, el autobús o los pasillos de las oficinas. El resultado es un excelente trabajo titulado How Do Users Really Hold Mobile Devices? publicado en UX Matters.

La forma de hacer el estudio tiene sus limitaciones, pero el autor las explica detalladamente al principio: sólo se refiere a terminales de tipo teléfono táctil (no se han tenido en cuenta las tabletas), ni anotado qué tipo de sistema operativo o aplicaciones usaba la gente, para no invadir su privacidad. Tampoco hay datos demográficos, pero en cualquier caso, pudo obtener algunos detalles interesantes.

Por poner algún ejemplo ?en el original están incluso los datos en bruto para quien quiera entretenerse en analizarlos? una de las observaciones es que casi la mitad de la gente que iba con el móvil a la vista estaba embarcada en dos cosas: o bien hablando (22%) o bien realizando alguna actividad "pasiva" (oír música o ver vídeos, 19%). ¿Y la otra mitad? Estaban ? y lo hacían de tres formas distintas.

El autor ha identificado tres formas básicas de escribir: con una mano y el dedo pulgar, con dos manos y los pulgares o sujetando con una mano y escribiendo con la otra con el pulgar o el índice. Cada una de estas formas se usa más o menos por igual, incluso aunque algunos dispositivos cuentan con teclado físico que -supuestamente? facilita escribir con los pulgares. Curiosamente, la mayor parte de la gente prefiere escribir con el teléfono en vertical, no en horizontal (apaisado).

Cuando la gente usa el móvil con una sola mano casi siempre se debe a que con la otra estaban haciendo algo: llevando una bolsa, sujetándose en el autobús, etcétera. El dedo que se usa siempre es el pulgar; y como cabría esperar diestros y zurdos lo hacen simétricamente? Pero frente a lo que podría pensarse la relación entre usar el pulgar izquierdo o el derecho no concuerda con la proporción habitual de estas dos tendencias (que es aproximadamente de un 10 por ciento entre la población). Según los datos recogidos, el 66% de la gente usa el pulgar derecho y el 33% el izquierdo.

Otra detalle simpático es que cuando se sujeta el móvil con una mano y se usa un dedo de la otra para hacer clic, arrastrar, etcétera, la gente usa al 70% el pulgar frente al 30% el dedo índice. Y lo más desesperante para los diseñadores e ingenieros: las infinitas variaciones que hay a la hora de sujetar el teléfono más arriba o más abajo, mover los dedos para ajustarse al tamaño de la pantalla y cómo todo esto varía según las posturas y los terminales? casi imposibles de enumerar.

Los expertos en usabilidad utilizan toda esta información a la hora de diseñar las pantallas de las aplicaciones: dónde colocar las "zonas calientes" en las que se puede hacer clic, dónde poner los botones, cómo alejar los que contienen las opciones menos usadas para dar prioridad a otros en mejores zonas? Pero visto lo visto lo mejor será que prueben sus aplicaciones en todos los dispositivos posibles, por diseño y tamaño, para comprobar que no solo funcionan sino que son cómodos. Una labor complicada pero que gracias a este tipo de estudios de campo con información real es ahora un poco más fácil.