Ya no se hacen teléfonos como los de antes. Esos Nokia irrompibles, con pantallas que parecían estar hechas de diamante; esas carcasas indestructibles, capaces de avergonzar al mismísimo Lobezno y sus garras de adamantium. No eran smartphones, ni eran táctiles, pero duraban una eternidad ?igual que sus baterías, ¡ay!-, y los cambiábamos por puro aburrimiento. Hoy día, los teléfonos móviles han hecho bueno el dicho de "cuanto más complicado, más delicado", y no hay cristal Gorilla ni funda de látex en este mundo que salve a nuestros valiosos smartphones de arañazos o en algunos desgraciados casos, la rotura del cristal táctil. Seguro que alguna vez la pantalla del móvil se te ha roto. Si alguna vez te ha ocurrido y has pensado que era el fin del mundo, sigue leyendo y verás que no tienes por qué despedirte de tu móvil, ni siquiera cuando veas resquebrajarse su pantalla.
Si la pantalla se ha roto, no cambies de móvil, ¡arréglalo!
Suponiendo que excepto el "touchscreen" todo funcione correctamente, debes saber que se puede seguir controlando el dispositivo y haciendo uso de él, si bien a través de otros métodos. En lugar de usar el interface táctil, podemos recurrir a un teclado o un ratón controlados por bluetooth. Activa y mantén estas opciones desde el Android y listo. Recuerda que deberás tener tu dispositivo rooteado. Activa la "depuración por USB". A continuación puedes empezar a usar los comandos adb (Android Debug Bridge) que te indica este link, si bien la tarea puede intimidarte un poco ya que no es del todo sencilla.
Otra opción parecida a la mencionada antes es conectar algún periférico ?ratón o teclado- vía WiFi. Para ello puedes valerte de aplicaciones como Androidscreencast, por ejemplo. Pero si tienes la suerte de que tu móvil soporta la tecnología USB on the Go (Que te deja conectar directamente un ratón al dispositivo), lo tendrás infinitamente más fácil. En caso contrario no te será difícil encontrar una llave que adapte la salida miniUSB a USB. Son baratas y muy útiles, no solo para estos casos. Desde luego, y por si acaso el problema va a más, te aconsejamos que en cuanto ganes control sobre tu Android, lo primero que hagas sea respaldar los datos por medio de algún servicio como Dropbog o cualquiera de las muchas apps como Titanium que están diseñadas para ayudar en este tipo de problemas.
¡No pierdas tus datos!
Droid@Screen es una aplicación que, francamente, todo el mundo debería tener instalada. Gracias a este programa podrás controlar casi sin restricciones tu smartphone o tableta Android sin tener que tocar para nada la pantalla. Usando, como ya hemos mencionado, un teclado o un ratón por Bluetooth o WiFi, seguiremos controlando nuestro dispositivo como si nada y procederemos a mandar a otro disco o a un servicio de almacenamiento de datos todo el contenido que deseemos salvar.
A estas alturas, está claro que hay dos cosas que ?más vale prevenir que curar- deberíamos tener activadas permanentemente en nuestro dispositivo Android: la depuración USB y el modo root. También te convendría asegurarte de que el próximo móvil que te compres disponga de alguna tecnología que facilite el mirroring, el uso de una pantalla que no sea la propia del dispositivo.
En el peor de los casos, y si no quieres o no sabes hacerte usuario root, basta con que tengas el modo depuración por USB activado y ADB instalado. Ve a Ajustes ? Aplicaciones ? Desarrollo y activa depuración por USB. Para instalar ADB en tu ordenador puedes seguir estas instrucciones. De acuerdo, puede parecer laborioso y complicado, pero en el caso de que llegues a necesitarlo, te alegrarás del esfuerzo invertido.
Un último consejo que tiene que ver en parte con esto de las pantallas rotas: hay algunas apps en Google Play que proponen la simpática (¿?) broma de simular la rotura de la pantalla. Ojo con ellas, las hay que no son gratis a pesar de decir lo contrario y al igual que en el famoso caso de las aplicaciones "linterna", solo sirven para extraer datos de uso de nuestro Android, ralentizando su funcionamiento y comerciando con información personal. Mejor evitarlas.