Un curioso artículo en la revistas estadística Significance explica por qué el crimen no compensa tanto como parece ? parafraseando el mensaje gubernamental tradicional. Su estudio se basa en un análisis sobre los datos de robos a bancos en el Reino Unido, tanto desde el punto de vista de mejorar la seguridad y efectividad de las medidas al respecto como, ya de paso, desde el punto de vista del "negocio" para los cacos.
El asunto no es trivial, pero sabiendo cuántos robos hay al año, a cuántos ladrones se detienen y cuál es el importe promedio de cada robo, entre otros detalles, se pueden extraer algunas conclusiones y datos curiosos que resulten significativos. En cifras generales, un robo típico supone un botín de unos 25.000 euros. Puede decirse que no está mal, pero tampoco da para retirarse. Teniendo en cuenta demás que suele haber 1,6 ladrones por robo, casi siempre hay que repartir. Es cierto que en ocasiones el botín es mucho mejor; pero aunque a veces haya quien se lleve 50.000 euros, no se puede olvidar que un tercio de los robos fracasan estrepitosamente. En otros países la situación es similar: en Estados Unidos el botín promedio es aún menor: unos 3.500 euros por asalto.
Los autores incluso se permiten hacer algo de finanzas personales: si con un robo típico los ladrones se llevan unos 15.000 euros, eso equivaldría a algo así como 18 meses de salario mínimo más o menos. Si un ladrón necesitara unos 1.500 euros al mes para sus gastos, tendría que robar un banco cada 10 meses. Comparativamente, hay bastante gente que gana 1.500 euros al mes sin riesgo de ver su trasero acabando en una prisión, aunque sea a costa de dedicar ocho horas diarias en un trabajo honrado.
El mensaje de los matemáticos es claro.
"Francamente, invertir tiempo en robar un banco es una tontería mayúscula. Lo que se puede esperar obtener de promedio en un golpe son unos 15.000 euros. No es una cifra con la que hacerse rico. Digamos que, como ocupación profesional, eso de robar bancos deja mucho que desear, la verdad."
Foto | L.A. Bank Robbery por Colin Brown @ Flickr (La foto pertenece a un atraco real a un banco en Los Ángeles. Pero el líquido rojo no es sangre: es una tinta especial que los policías metieron entre los billetes en un paquete e hicieron explotar a distancia. Al quedar todos manchados de rojo, los ladrones tuvieron que abandonar el botín, a pesar de haber salido del local con el dinero en una bolsa).