Podría ser el argumento de una película. Shubham Banerjee es un chico de 12 años, un estudiante desconocido de una escuela de Santa Clara, en California. Un buen día lee un reportaje y decide irse a comprar un kit de piezas de robótica de Lego para presentarse a una feria de Ciencias. Es la versión del siglo XXI del volcán de toda la vida.

El producto que crea pronto suscita el interés de las grandes compañías de tecnología, y el mismísimo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, le menciona en un discurso como ejemplo a seguir en el país, por su valentía, su talento y su voluntad de hacer de éste un mundo mejor. El chico debe de ser el más popular de la clase. ¡Tiene hasta una entrada en la Wikipedia!

Shubham Banerjee tiene hoy 13 años, uno más, y su nombre y fotografía han aparecido ya en muchos de los grandes medios de comunicación estadounidenses, desde la NBC al Washington Post. Posiblemente, la mejor campaña de marketing que pueda soñar cualquier emprendedor?

Su creación es una pequeña impresora braille low cost, elaborada a partir de chips Intel Edison, las piezas del kit de Lego y otros cuantos materiales que se pueden encontrar en cualquier tienda de artículos de oficina. Como lo oís.

Más allá de lo colorida que es la impresora, que lo es, lo más interesante es su precio: si fabricar una impresora braille convencional cuesta unos 2.000 dólares, ésta ha costado poco más de 350 dólares, que es el precio de la línea de robots EV3 Mindstorms de Lego.

Vosotros probablemente nunca os gastasteis 350 dólares en un proyecto de ciencias para niños, pero las ferias de Ciencias están muy valoradas en EEUU, sobre todo en la zona de Santa Clara, en pleno corazón de Silicon Valley. El cofundador de Apple, Steve Wozniak, por ejemplo, era un habitual de este tipo de ferias. Wozniak era natural de San José, el pueblo de al lado.

Como era de esperar, la expectación ha sido bastante notoria, no sólo por la tierna edad del emprendedor sino porque, por primera vez, se hace posible introducir las impresoras braille en muchos países del Tercer Mundo y, en general, en todos los hogares donde viva un invidente. A través de Google, por ejemplo, es posible acceder a muchos contenidos braille en Internet, que cualquiera podrá ahora imprimir en relieve.

No es la máquina más rápida del mundo, pero funciona. La Braigo puede imprimir una letra en cinco o siete segundos, y funciona con papel normal de máquina registradora. Tiene una pequeña tachuela en el cabezal de impresión que es la que crea los puntos de relieve.

El chaval ha constituido entonces su propia empresa, que ha llamado Braigo Labs y que es una de las 16 afortunadas que acaban de ser seleccionadas para recibir financiación de Intel Capital, el fondo de capital riesgo del gigante mundial de los microprocesadores. No sabemos qué pensará Intel de los planes de Banerjee: planea desarrollar el diseño y el programa Mindstorms en código abierto para que cualquiera pueda usarlo.

Y tú, ¿crees que serías capaz de fabricar un producto que cambie el mundo?