Seguro que conoces a alguien que ha pasado por el mal trago de ver su smartphone fuera de juego por culpa del agua...o de una Coca-Cola. Desde el despistado que se ha tirado a la piscina con el móvil en el bolsillo, pasando por quien ha derramado un vaso encima del terminal, hasta quien lo ha visto caer a la taza del WC.
En Internet circulan trucos para intentar resucitar el terminal que no siempre funcionan. Lo más efectivo -he podido comprobarlo de primera mano- es apagarlo inmediatamente, quitar la SIM y la batería y enterrarlo unos cuantos días en un recipiente hermético con arroz para que absorba la humedad.
Un móvil resistente...
Quienes pueden estar tranquilos son los usuarios que tienen algún terminal resistente al agua. Es el caso del Sony Xperia Z1, un equipo con procesador de cuatro núcleos a 2,2 GHz, pantalla de 5 pulgadas y cámara de 20,7 megapíxeles que cumple los grados de protección IP 55 (no entra ni una gota de un chorro de agua a presión) e IP 58 ( puede soportar los efectos de una inmersión prolongada). Por su parte, la tableta Xperia Z de la firma japonesa puede, además de resistir un chorro de agua a presión, estar sumergida hasta un metro de profundidad durante 30 minutos.
...O una funda protectora
Pero lo cierto es que la mayoría de los móviles no son ni mucho menos todo terreno. Una opción son las bolsas o fundas impermeables, que protegen los gadgets cuando van a utilizarse en entornos con agua, humedad, polvo, barro, arena o nieve. Aquapac comercializa fundas estancas que permiten sumergir el teléfono hasta 5 metros debajo del agua. El teléfono sigue siendo totalmente operativo mientras está en la funda, incluso se pueden tomar fotos de una calidad aceptable.
Para quienes quieran proteger su smartphone o tableta ante posibles accidentes con agua, existen otras fundas protectoras menos aparatosas que las bolsas estancas. La compañía Lifeproof tiene fundas a prueba de agua, polvo, nieve y golpes para el iPhone, el iPad y los modelos Samsung Galaxy S3 y S4. Por ejemplo, un iPhone 5 con esta funda podría estar sumergido hasta 2 metros de profundidad durante una hora sin que entrara una gota en su interior. El precio de este accesorio es de 79 dólares, 58 euros al cambio.
Otra opción (de momento sólo funciona en Estados Unidos) es la que propone Liquipel, que permite impermeabilizar un smartphone mediante una capa protectora que recubre los componentes electrónicos más sensibles. Este revestimiento nanométrico, y por lo tanto invisible al ojo humano, no afecta a la apariencia del dispositivo, pero protege el terminal de los efectos nocivos del agua y la humedad. El precio de impermeabilizar el dispositivo parte de los 59 dólares.
Si no quieres comprar un móvil resistente al agua o una funda especial, deberás tener mucho cuidado y no dejarlo cerca de recipientes con líquidos, ni ir al baño con él. Ten en cuenta estos consejos y, échale un vistazo a nuestro catálogo de móviles libres y sin permanencia.