Con el verano los "gadgets de compañía" como los teléfonos móviles y tablets, ordenadores portátiles, cámaras y los libros electrónicos corren el riesgo de verse expuestos al calor, al agua, a la arena de la playa y a la humedad.
Ninguno de estos elementos sienta bien a los aparatos electrónicos. Pero hay formas sencillas de reducir en buena parte los riesgos que pueden suponer para la electrónica.
Resguardados del calor y del sol
Las baterías y la electrónica se pueden ver afectados por un exceso de temperatura, tanto cuando los aparatos están en funcionamiento como cuando están en reposo e incluso apagados.
Algunos teléfonos móviles ?y cámaras de fotos, tablets u ordenadores? pueden dejar de funcionar si detectan que han adquirido una temperatura excesiva. En este caso, lo normal es que lo indiquen con un icono o con un mensaje y es una medida de protección que no debería llegar a mayores. Volverán a funcionar cuando su temperatura descienda.
La forma más evidente de evitar el sobrecalentamiento de los gadgets es evitar dejarlos expuestos al sol o en lugares calientes durante demasiado tiempo. Tampoco hay que dejarlos en el interior del vehículo. La temperatura en el interior de un coche al sol, en verano, puede subir a 50 grados o más en apenas media hora, incluso aunque haya alguna ventana parcialmente abierta.
Si los gadgets están calientes, por el uso o porque hayan estado expuestos al calor o a los rayos del sol, conviene reducir su utilización a lo imprescindible e incluso apagarlos, ponerlos en la sombra o en un lugar fresco y encenderlos sólo cuando se vayan a volver a utilizar.
El móvil fresco y seco, también en la playa
Una forma de proteger los gadgets del calor, por ejemplo cuando se va a la playa, es colocándolos en la zona inferior de la bolsa, entre ropa o una toalla.
Más efectivo es guardarlos junto a bolsas refrigerantes o acumuladores de frío, que son bolsas o envases rígidos, normalmente planos, sellados y rellenos con un líquido de color que previamente habrá que enfriar en el congelador.
También puede servir como acumulador de frío una botella pequeña de plástico llena con agua fría o congelada. En cualquier caso hay que asegurarse de que el envase utilizado no está en contacto directo con los aparatos para evitar que éstos se mojen o humedezcan. Una opción es utilizar bolsas con cierre hermético para guardar por separado la botella y los gadgets. Sirven las que se utilizan para congelar y conservar alimentos.
El teléfono móvil es probablemente el aparato que más habitualmente se lleva a la playa. Si se guarda el teléfono en una de estas bolsas con cierre hermético el móvil se podrá utilizar sin tener que sacarlo ?tanto si tiene botones como pantalla táctil?, de modo que además estará protegido de la humedad y de la arena de la playa.
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