El sensor Hall, también conocido como sonda de Hall es un instrumento que mide los campos magnéticos o las corrientes para saber cuál es la posición en la que están ubicadas. Es muy útil cuando estos campos experimentan variaciones lentas o nulas.

¿Cuál es el funcionamiento del sensor de efecto Hall?

El efecto Hall sirvió para lograr que se pudieran detectar los campos electromagnéticos. Fue descubierto por Edwin Hall a finales del siglo XIX y se basa en el estudio de la corriente que fluye por un conductor y que queda frente a un campo magnético, cuando esto ocurre la tensión acaba situada en un punto perpendicular a la corriente y al propio campo magnético.

Actualmente este efecto se utiliza para saber dónde se sitúa un campo electromagnético. A través de él se puede averiguar cuál es su posición, su fuerza, la proximidad a la que está, la intensidad de la corriente o la velocidad a la que gira. Su sistema es parecido al de un interruptor que detecta la corriente.

¿Cuáles son las aplicaciones de los sensores Hall?

La principal misión de los sensores Hall es la detección de los campos electromagnéticos, pero este artículo presenta una serie de ventajas frente a otros de características similares. En primer lugar son muy sólidos y están cubiertos por una superficie aislante, unos factores que los convierten en productos completamente seguros.

Su precio es muy asequible, tienen una durabilidad muy alta y se pueden utilizar en cualquier contexto. Además de usarse para crear sistemas de detección de metales, también se emplean en el sector del automóvil para medir los campos electromagnéticos que se desplazan por las diferentes partes del vehículo. Con este aparato se puede comprobar si hay alguna avería en el circuito eléctrico del coche o si el sistema de encendido funciona correctamente.