El auge y el asentamiento de internet ha provocado un aumento de la ciberdelincuencia. Hoy en día existen diferentes tipos de ciberataques que afectan a las potenciales víctimas de diferentes maneras, algunos de ellos tienen como objetivo el robo de información confidencial y otros buscan arruinar páginas webs. Una de esas modalidades es el ataque DDoS que es relativamente frecuente.

Ataques DDoS: qué son y cómo funcionan

Al definir qué es un ataque DDoS se indica que es un tipo de ciberataque que tiene como objetivo hacer que un sitio web tenga una cantidad tan alta de tráfico malintencionado que provoca que colapse y que no pueda funcionar. A este ciberataque también se le conoce como ataque distribuido o ataque de denegación de servicio.

El ataque DDoS busca que se produzca una sobrecarga en una web por el tráfico malintencionado. Uno de los ejemplos más habituales se produce en las páginas de contratación de servicios a las que se envían muchísimas solicitudes que no son ciertas y que generan un perjuicio.

Para que se lleven a cabo los ataques DDoS a una IP o a otros elementos se utilizan una gran cantidad de dispositivos y de recursos capaces de dañar las infraestructuras digitales de las empresas, ocasionando perjuicios en su actividad.

El funcionamiento de los ataques DDoS se basa en lanzar un virus malicioso que aproveche los fallos de seguridad que tiene un dispositivo para que este pueda ser controlado. Posteriormente, ese dispositivo infectado infecta a otro, creando un ataque en cadena que cada vez es más pronunciado y extendido. A partir de ahí esos dispositivos envían solicitudes a la web que quieren colapsar, pero, además, este ciberataque puede ser muy sofisticado porque aparentemente los dispositivos infectados funcionan con total normalidad.

Cómo evitar y mitigar un ataque DDoS

Una de las medidas principales que indican cómo evitar un ataque DDoS es reforzar los sistemas de seguridad de la página web que se gestiona. Para ello se pueden emplear antivirus actualizados, contratar servicios de seguridad del servidor, recurrir a un protocolo contra ataques DDoS, emplear técnicas como el scrubbing que corrigen los errores que puedan estar presentes en los datos de un sistema o realizar periódicamente estudios y revisiones sobre las conexiones.

Prevenir y mitigar un ataque DDoS es fundamental para la imagen de una empresa, ya que un colapso en su funcionamiento puede generar desconfianza en los usuarios y en los potenciales clientes, sobre todo si se ven afectados por el robo de datos que es otro de los daños que genera este tipo de ciberataque. La consecuencia final de todo esto suele ser una pérdida importante de ingresos para la empresa afectada.