eBay, Clasf, Segundamano.es, Milanuncios? Son muchas las páginas web de clasificados donde se pueden encontrar toda clase de productos de segunda mano a buenos precios. Una de las más curiosas es Pikeando, una web de venta de productos usados exclusivamente de Ikea.

Pikeando tiene perfiles en Facebook, Twitter, Google+, Pinterest y hasta su propio blog. Funciona como una página de subastas: puedes ver el precio que propuso el vendedor, las pujas de otros usuarios y hacer la tuya propia.

No está muy claro quién está detrás de Pikeando. No aparece un NIF ni una dirección física en su página, y tampoco figura en el Registro Mercantil. Lo que sí está claro, como dejan bien patente, es que no pertenecen, ni tienen nada que ver con Ikea.

"No estamos afiliados ni somos socios, colaboradores, representantes o patrocinadores, tan sólo somos unos entusiastas de la filosofía IKEA a los que nos gusta reciclar con la idea de contribuir a la sostenibilidad del medio ambiente", dicen en su web.

Y es que Ikea causa furor. Tanto, que son los propios clientes los que hacen promoción de la marca por ella -¡gratis!-. Uno de los ejemplos más destacados y curiosos es la serie Ikea Heights, una especie de culebrón para YouTube que filmaron unos fans de Ikea en establecimientos de la compañía? ¡sin su permiso! Hicieron siete capítulos que sin duda merece la pena ver, sobre todo por las caras que ponen algunos compradores al descubrirse como extras involuntarios de la serie?

Llegados a este punto, ¿no le compensaría a Ikea participar de alguna manera en aquellos negocios creados en torno a su marca?

Desde luego, pocas marcas tienen la suerte de generar tal conexión con sus clientes. Otro ejemplo es Harley-Davidson, un fabricante de motos tan aclamado que sus fans hasta se tatúan su logotipo. O Apple, que cada vez que lanza un nuevo teléfono o tableta, cientos de personas hacen cola durante horas para ser los primeros en comprarlos ?a sus fans se les ha puesto ya hasta nombre: applemaníacos-.

Volvamos a Ikea. El negocio de la venta de bienes de segunda mano ha crecido mucho estos años, acelerado por la crisis. Según la cadena Cash Converters, en 2006, un tercio de los españoles compró o vendió artículos usados; en 2010, ya eran más del 40%. Lo mismo ocurre con los coches: dos tercios de los que se venden en España son "vehículos de ocasión" (aquí se incluyen los que se encuentran en concesionarios y los que venden los particulares).

La cuestión es: ¿retrocederán estas prácticas cuando la economía se recupere? ¿O hemos aprendido a mirar más dónde y cómo gastamos nuestro dinero?