Lo llevas encima todo el día, lo usas continuamente, lo miras cada pocos minutos, te sabes de memoria sus especificaciones, conoces bien sus puntos fuertes y sus puntos flacos, alberga un montón de información privada y te ayuda a estar en contacto con tus seres queridos, colegas de trabajo y demás contactos sociales; posiblemente estuviste pensando unos cuántos días cuál era el modelo que más te convenía y tal vez tengas ya pensado cuál será su sustituto. La verdad es que tu smartphone ?cualquier smartphone- es casi una extensión de nuestra personalidad. Y sin embargo tiene un montón de pequeños secretos que tal vez desconozcas y que hacen que sea la pequeña maravilla que es y que pueda hacer tantas cosa.
Por ejemplo, ¿sabías que todos los móviles modernos tienen un sensor lumínico? Es una detector fotosensible capaz de medir la luz del entorno para, por ejemplo, hacer que la cámara de fotos se autoajuste y haga las mejores fotos posibles. Hasta hace pocos años, cualquier fotógrafo de pro debía llevar consigo un fotómetro para hacer el "balance de blancos" y probar hasta encontrar la apertura de objetivo ideal. Los smartphones no solo son capaces de eso, sino que también pueden ajustar el brillo de la pantalla de acuerdo con las condiciones de luz.
Otro sensor del que probablemente desconocías la existencia es el detector de proximidad que los móviles llevan incorporado en su parte superior. Este detector hace que se bloquee la pantalla táctil cuando estás hablando con el móvil y tu oreja no actúe contra la superficie táctil. Además, algunos fabricantes han sido capaces de sacar más provecho a esta prestación y han conseguido que algunos smartphones cuenten los meneos a que se ven sometidos cuando corres o caminas (algo imprescindible para las aplicaciones deportivas) o que incluso puedas mandar órdenes a tu teléfono con un simple gesto sin que ni siquiera tus manos entren en contacto con el dispositivo.
También, cada vez más aparatos incluyen un barómetro entre sus componentes. Con este medidor de la presión del aire tu teléfono puede decirte a qué altura sobre el nivel del mar estás o, recopilando las lecturas de todos los barómetros de un área determinada, hacer predicciones meteorológicas más precisas. Y por supuesto, el GPS que albergan en su interior prácticamente todos los teléfonos de hoy día, es capaz de detectar con una precisión y rapidez pasmosas nuestra localización geográfica. Lo que es útil no sólo para encontrar o recordar direcciones cuando estamos conduciendo o caminando, sino también para "etiquetar" geográficamente nuestras fotos, enviar las coordenadas de nuestra ubicación a cualquiera, o ?ay- permitir que los anunciantes o el omnipresente Google puedan seguir nuestros pasos y en gran medida conocer nuestros hábitos.
El micrófono es otra cosa que, aunque nos parezca de lo más normal en un teléfono, no deja de ser algo extraordinario. Aparte de la gran calidad que tienen los micrófonos actuales (sobre todo teniendo en cuenta su pequeño tamaño), no olvidemos que gracias a su precisión se pueden convertir a texto mensajes hablados, el smartphone puede reconocer órdenes verbales, canciones a partir de fragmentos ?Shazam- o incluso ayudarnos a dejar de roncar o detectar si nos estamos quedando dormidos al volante. Otra pequeña maravilla tecnológica es el giroscopio que incluyen todos los teléfonos modernos: por increíble que parezca, los giroscopios funcionan teniendo en cuenta la fuerza de la gravedad terrestre para operar. Desde juegos hasta aplicaciones que transforman nuestro dispositivo en un medidor de nivel, pasando por la posibilidad de ubicar en tiempo real las constelaciones del cielo sobre nuestras cabezas, hay que reconocer que si cualquier persona hubiese podido utilizar un Smartphone con todas sus posibilidades hace unos siglos, sería como "Un yanqui en la corte del rey Arturo". Y no olvidemos las aplicaciones de realidad aumentada?
Otro detector, el acelerómetro, es una parte casi esencial de cualquier Smartphone. De acuerdo que para muchos de nosotros su utilidad se reduce casi exclusivamente a los juegos, pero ¿sabías que en zonas de riesgo sísmico se recopilan datos de este tipo para detectar pequeños temblores de tierra que puedan ser avisos de un terremoto? Igualmente, en algunos test de conducción se usan los acelerómetros de teléfonos para calificar la estabilidad de un coche o su confort de marcha. Finalmente, muchos móviles tienen en su interior un magnetómetro, lo que les otorga posibilidades insospechadas: combinado con el GPS, puede indicarnos instantáneamente dónde se encuentra el norte como si de una brújula se tratase. Pero ahí no acaba todo: al tratarse de una especie de imán súper sofisticado, sirve para detectar metales como el acero o el cobre, de manera que puede usarse para detectar cableados dentro de un muro o para encontrar pequeños objetos metálicos como? una aguja en un pajar. Increíble, querido smartphone: ¡cómo molas!