Un tecnólogo con experiencia en los mercados financieros ha lanzado un proyecto llamado A Superstitious Fund (Un fondo supersticioso) con un curioso objetivo: comprobar si se pueden aprovechar las supersticiones de la gente y otras tendencias raras y peculiares para ganar dinero en bolsa. Lejos de ser un mero ejercicio intelectual, Microsoft y GDP Capital están esponsorizando el proyecto, que se lleva a cabo con 5.000 libras (unos 6.000 euros) y durará todo un año.

La idea es fácil de entender, pero para algunos difícil de aceptar. En el mundo de los mercados y la bolsa tradicionalmente se parte de unas suposiciones tales como que las decisiones se toman de una forma perfectamente racional: los inversores intentan maximizar su beneficio, elegir los mejores precios, adaptarse a la información de la forma más rápida posible? Sin embargo, según sostiene Shing Tat Chung, el creador de este fondo, esto no siempre es así: muchas veces la gente actúa por supersticiones, impulsos o sentimientos que poco tienen que ver con el raciocinio.

Imaginemos un avión: la forma más lógica de numerar las filas sería comenzar por la número 1, luego la 2, la 3, etcétera. Alguien que lo examinara someramente desde fuera podría decir que un avión en el que la última fila es la 26, con cuatro asientos por fila, tiene 26 × 4 = 104 asientos. En realidad no es así: en la mayor parte de los aviones no existe la fila 13. De modo que solo hay 25 filas y 100 asientos. Y por extensión también hay más filas pares que impares, entre otras cosas. La numeración real, la que usamos y hay en cualquier avión, es probablemente la más absurda que se podría diseñar. Las cosas no son siempre tan sencillas ni tan simples como plantea la teoría. Si alguien organizara un sorteo entre los pasajeros extrayendo una bolita de una bolsa tal vez descubriría esa extraña anomalía. O podría incluir una bolita con el número 13 y quedarse el premio si nadie se diera cuenta del «truco».

Chung mantiene que en bolsa suceden a veces rarezas parecidas. Hay gente que compra o vende dependiendo de ciertos rituales, que tienen que ver con el día de la semana, el dígito en que acaba una cifra o la hora del día. Hay quien se deja llevar por lo que dicen las predicciones astrológicas. Algunos traders tienen números favoritos y otros que evitan. El número 13 se considera portador de mala suerte en muchas culturas ? aunque en España por ejemplo se evita para algunas cosas y se prefiere para otras (como la lotería de Navidad). En cambio el 8 es un número de la buena suerte en China y otras zonas de Asia, tanto que se hizo coincidir la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2008 con el día 8 del mes 8 a las 8 horas con 8 minutos y 8 segundos. Hay traders que tienden a evitar el 13 o a favorecer el 8 en sus órdenes de compra o venta. ¿Se puede aprovechar esto para conseguir algún beneficio?

Durante un año, el Fondo supersticioso de Chung intentará detectar esos patrones extraños y crear un algoritmo matemático que se dedique a comprar y vender acciones en función de algunos de esos impulsos irracionales, sean cuales sean. Quizá surja comprar o vender en ciertas franjas horarias, cerrar todas las operaciones que acaben en 8 o evitar a toda costa los lunes, apostando el dinero los martes y 13. Si el proyecto tiene éxito será una herramienta extraña pero interesante, que demostraría que tal vez los bancos y los inversores no son tan lógicos, racionales y sofisticados como muchos piensan.

Foto | Bolsa de Madrid (CC) Alberto Carrasco @ Flickr}