Tienes un smartphone de última generación, con una pantalla enorme, las mejores aplicaciones instaladas y un contrato con un operador de telefonía móvil como MÁSMÓVIL para poder hablar y hablar casi gratis. Tienes también muchas cosas que decir y una agenda repleta de amigos. ¡Incluso tiempo para hablar! Sacas tu móvil del bolsillo y?¡No puede ser! ¡No tienes cobertura!

Tranquilo. A todos nos ha pasado y a algunos les pasa constantemente. A veces parece inexplicable que, estando en una zona despejada del centro de una ciudad recibamos una cobertura deficiente, o que a pesar de tener un estupendo modelo de gama alta nuestra antena parezca incapaz de captar una buena cobertura. ¿Por qué puede ocurrir esto? Seguramente por alguna de estas razones:

-Tienes el móvil cargado de aplicaciones que "absorben" la cobertura. Piénsalo: GPS, ubicación en tiempo real, publicidad proveniente de juegos o versiones gratuitas, actualizaciones automáticas, redes sociales que quieren saber dónde estás, qué estas haciendo, dónde vas a comer y por qué llevas una camiseta verde? Todas esas maravillosas apps que llenan tu tarjeta de memoria son como alumnos luchando por llamar la atención del profesor. Solo que el profe en este caso es la cobertura y claro, no puede atenderlos a todos al mismo tiempo. Es como si tuvieras un Ferrari pero te vieras atrapado en un atasco y encima cuesta arriba.

-No todas las antenas son iguales. Es más, los smartphones más caros no siempre tienen las mejores antenas. Sorprendente pero cierto: los modelos anteriores del iPhone 5 o del Galaxy S3 tenían antenas más capaces que los actuales. Por razones de diseño, costes o disponibilidad de piezas, los fabricantes no siempre mejoran sus productos con cada nuevo lanzamiento. Es el caso de las antenas, que no son precisamente lo primero en lo que se fija uno al comprar un móvil (y que normalmente no se describen en las especificaciones del modelo).

-Si tienes una red de amigos muy nutrida y activa, con colegas que te mandan fotos por Instagram de todo lo que comen y beben, amigos de Facebook que acaban de tener un hijo y te muestran no ya el día a día, sino el minuto a minuto de su aventura, whatsapperos que creen que te pueden interesar 1.001 simpáticos chistes de suegras? Tal vez deberías moderar tanta interacción porque el ancho de banda no siempre es tan ancho y no tiene sitio para tanta banda de amigos. Mejor queda con ellos y que te lo cuenten.

-Actualízate. Si tu sistema operativo no está al día, esto puede afectar al rendimiento de todo lo que haga tu teléfono, y también a su velocidad y a cómo gestiona sus recursos, entre ellos las aplicaciones, descargas, etcétera. Seguro que ya lo sabías, pero te lo recordamos.

-En este planeta compartimos el aire, el sol y la cobertura. Si estás en un sitio lleno de gente que puede estar usando el móvil, como un centro comercial o un atasco, piensa que es como si compartieseis una red wifi. Hay que repartir entre todos la señal y a veces ni siquiera la maravillosa tecnología moderna es capaz de dar abasto. Por ejemplo, en los minutos posteriores a las campanadas de Nochevieja, en una discoteca, puede ser complicado tener buena. Espera un poco o insiste y si puedes cambia de lugar.

-Obstáculos para la señal. Desde el punto de vista de una señal (si es que lo tiene), todos nosotros no somos más que enormes bolsas de agua que se mueven, interceptando y obstaculizando el camino de una antena a otra. Del mismo modo, paredes, techos, estructuras metálicas, coches y en general cualquier objeto físico que se interponga en su camino puede convertir en deficiente una señal. Además, a veces esa señal rebota o se recibe mejor en un rincón determinado y por eso vemos a personas que buscan por los rincones una más de esas ansiadas "rayitas" que indican una buena cobertura.