Tetris es un videojuego tan clásico como inolvidable, y si algo lo hace especial es que su mecánica ha conseguido transcender generaciones. Como toda historia de éxito, la de Tetris no carece de elementos fascinantes donde se mezclan la creatividad, la política y la perseverancia. Detrás de todo ello un hombre: Alekséi Pázhitnov.

El hombre detrás de Tetris

En el Moscú de la guerra fría, el 14 de marzo de 1956, nació Alekséi Pázhitnov. Era la era de la Unión Soviética, donde las ideas muchas veces tenían más valor que el dinero, y donde un joven con pasión por las matemáticas y los rompecabezas podía encontrar en los números una forma de evasión. Pázhitnov estudió matemáticas aplicadas, atraído por el orden oculto tras el caos, por el desafío lógico de las piezas que deben encajar.

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A comienzos de los años 80 trabajaba como investigador en el Centro de Computación Dorodnitsyn, un lugar donde las herramientas eran escasas, pero la inventiva abundaba. No era un programador en el sentido clásico, pero tenía algo más valioso: curiosidad y una Elektronika 60, un ordenador soviético sin gráficos, capaz apenas de mostrar caracteres. Para muchos, una limitación; para él, el punto de partida.

Inspirado por el juego de Pentominós, Pázhitnov empezó a trastear con un programa que, en principio, era solo para él, una especie de entretenimiento mental. En junio de 1984, entre líneas de código y bloques que caían en su mente antes que en la pantalla, nació Tetris. Cuatro segmentos, una forma. Una idea tan simple como adictiva. Un rompecabezas digital que, sin saberlo, estaba a punto de cruzar fronteras, idiomas y sistemas.

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El ascenso de Tetris

Pese a su aspecto modesto, Tetris tenía algo hipnótico. Su mecánica era tan simple como brillante: piezas que caen del cielo digital, esperando ser encajadas. Línea tras línea, desaparecían en un destello de recompensa matemática. Y a medida que se mejoraba, el juego respondía con más velocidad, como si quisiera probar los reflejos, la paciencia y los nervios.

Alekséi Pázhitnov empezó compartiendo su creación entre colegas. Pero lo que nació como pasatiempo pronto se convirtió en una epidemia lúdica. El boca a boca lo llevó de escritorio en escritorio, de laboratorio en laboratorio. Primero en Moscú, luego en toda la Unión Soviética, y luego fuera de esta.

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El juego llegó a Hungría, y fue allí donde llamó la atención de los primeros ojos occidentales. Uno de ellos, Robert Stein, de Andromeda Software, vio algo más que un pasatiempo. Quiso licenciarlo y exportarlo, pero había un problema esencial: Pázhitnov no era dueño de su invento. Como trabajador de una institución estatal, los derechos pertenecían al gobierno soviético.

Lo que comenzó como un juego se transformó en una guerra de contratos, malentendidos y jugadas empresariales. En la partida se metieron gigantes como Nintendo y Atari. Y la historia de Tetris dejó de ser solo la de un videojuego para convertirse en una leyenda de despachos, acuerdos y batallas legales.

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Durante años, Pázhitnov no recibió ninguna compensación por su invento, a pesar del enorme éxito comercial de Tetris, especialmente tras su inclusión con la consola portátil Game Boy en 1989. El creador permanecía en gran medida en el anonimato, sin ver un solo dólar de regalías.

No fue hasta 1996, tras el colapso de la Unión Soviética, que Pázhitnov pudo recuperar los derechos de su creación. Ese mismo año fundó The Tetris Company junto con Henk Rogers, un empresario holandés-japonés que jugó un papel crucial en la expansión global del juego. A partir de entonces, Pázhitnov comenzó a beneficiarse finalmente del legado que había creado más de una década antes.

El legado duradero de Tetris

Hoy, Tetris es un icono. Una de esas raras creaciones que trascienden generaciones, idiomas y dispositivos. Ha vivido en consolas, en ordenadores, en móviles, en smartwatches y en definitiva, en todo lo que pueda mostrar una pantalla. Y ha vendido cientos de millones de copias.

Alekséi Pázhitnov nunca pensó que aquel juego casero acabaría escribiendo su nombre en la historia. No buscaba fama y no buscaba fortuna. Solo quería jugar con las formas, con la lógica, con la elegancia matemática de lo simple. Pero a veces, lo simple es lo más poderoso. Tetris nació en la austeridad de la Unión Soviética, y desde allí viajó por todo el mundo para recordarnos que una buena idea bien ejecutada no necesita permiso para volverse eterna.

En MASMOVIL esperamos que te haya sorprendido la historia del inventor del juego Tetris y cómo este se convirtió en un fenómeno mundial. Hoy en día este clásico está a años luz de los gráficos de los videojuegos modernos, pero pocos son iguales de adictivos.

Y tú, ¿conocías la historia detrás de Tetris?