Elegir un smartphone hoy en día no es tarea sencilla, ni teniendo un prepuesto definido, ya que en los últimos años bastantes nuevas marcas han venido a diversificar el completo panorama de opciones en el mercado. Y es que algunos de los gigantes más conocidos han creado sus propias submarcas: Poco, Honor, Realme...

Estas "segundas marcas" permiten a un fabricante abrirse a nuevos segmentos sin poner en riesgo el prestigio y los márgenes de su marca principal. Funcionan así como una herramienta para ganar ventas, probar ideas y pelear en gamas donde la marca "madre" tendría más difícil justificar ciertos recortes o precios agresivos.

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¿Qué son las submarcas de smartphones?

Muchas de ellas nacieron orientadas a ventas rápidas, con márgenes ajustados y marketing enfocado a comunidades. Por ejemplo, Poco (de Xiaomi) se hizo famosa por ofrecer procesadores potentes y especificaciones potentes a precios difíciles de igualar. Honor, que en su origen fue submarca de Huawei, se orientó a un público joven, con énfasis en diseño y valor. Realme (de OPPO) empezó como una marca enfocada en el “flagship killer” asequible y creció hasta cubrir casi todas las gamas con una propuesta muy competitiva.

La lista de ejemplos es extensa. Redmi nació como submarca de Xiaomi para atacar la gama asequible, mientras que OnePlus empezó con un espíritu de comunidad y “alta gama a precio razonable”, y aunque no es una submarca clásica, sí cumple una función similar dentro de su grupo. iQOO opera como marca de Vivo con foco en rendimiento. Nubia y RedMagic se asocian a ZTE y al gaming. Black Shark se vinculó a Xiaomi en su etapa de móviles para jugar.

REDMI NOTE 8 jugando

¿Por qué se crean las submarcas?

La razón principal es el posicionamiento. Una marca consolidada suele asociarse a un estilo, una promesa de calidad y un rango de precios. Si esa marca entra de golpe a la gama media-baja con recortes evidentes, puede dañar su imagen. Con una submarca, la empresa separa percepciones. Es una cuestión de marketing y estrategia, ya que la marca principal mantiene su “aura”, mientras la secundaria compite sin complejos en “calidad-precio”, rendimiento bruto o diseños más atrevidos.

Otro motivo clave es la flexibilidad interna. Con una segunda marca, el fabricante puede experimentar, por ejemplo, lanzando móviles gaming, probar nuevos materiales, cambiar el enfoque de software, ajustar cámaras o baterías según la región, e incluso reaccionar más rápido a la competencia.

Además, las segundas marcas se benefician de economías de escala al compartir compartiendo fábricas, componentes, acuerdos con proveedores, y a veces incluso capas de software, lo que abarata costes.

En MASMOVIL esperamos que te haya parecido interesante conocer las marcas alternativas, o submarcas, de los fabricantes de smartphones. Como verás, nacen de estrategias planificadas al milímetro para ampliar las opciones de terminales en términos de funcionalidades y diseño.

Y tú, ¿hay alguna submarca que recomiendes?