Los Reyes Magos vienen de lejos, de muy muy lejos, y no siempre tienen por qué acertar. Seguro que tú y yo les pedimos (más de una vez) y cuando te levantaste corriendo a ver lo que Sus Majestades habían dejado junto al calcetín?
El Spectrum Plus. Quizá lo llamarais 128k como el famoso Amstrad pero, resumiendo, era el ordenador que tenía disquetera para jugar. Os parecerá un lujo, pero el paso de la cassette en la que te grababan los juegos al disco de 3" que se metía por una ranura y que, además, mejoraba los gráficos era un avance espectacular hace casi treinta años.
Y de repente, pasan los años, y el compañero más repelente del colegio aparece con una Game Boy, uno de los primeros éxitos de una incipiente Nintendo que había heredado de su hermano mayor. Y he aquí mi venganza esperada cuando meses más tarde aparecí en clase con mi Mega Drive. Era la lucha entre un fontanero llamado Mario y un erizo a la caza de anillos que respondía al nombre de Sonic.
Claro que ese verano mientras yo me hacía un "hacha" (no existía todavía la palabra freak) al videojuego Sonic, los padres de mi compañero de clase le compraron una Vespino, un pequeño ciclomotor que le hizo independiente y que, quizá, le facilitó dar su primer beso?
De nuevo salí perdiendo porque al hermano pequeño que llegó ese septiembre y que yo no pedí, se le unió como compensación un perro robot. Imaginaos sus movimientos: ágiles, rápidos, llenos de anticipación, pero eso sí, no se morían como los tamagochis.
Lo que yo sí tuve antes que nadie fue mi reloj Casio con calculadora. Lo "heredé" de mi tío y se convirtió en una moda. Nadie, si os soy sincer@, usaba la calculadora ni tampoco el calendario.
Mientras tanto mi hermana pidió y pidió, la muñeca Jesmar Rosaura, una muñeca enorme casi más grande que ella (90 centímetros) a la que le crecía el pelo, y que nunca llegó a morar en nuestra casa. Por suerte tampoco lo hizo una versión de Rosaura con sistema en disco que cantaba. A cambio, mi pequeña hermana se tuvo que conformar con una "Barriguitas" al uso, más barata, manejable y silenciosa.
Y cuántas veces has pedido o pediste el Scalextric original. Y cuántas veces no te lo trajeron los Reyes, y cuántas veces tu padre te dejó en casa del amigo que sí lo tenía para "echar unas carreras". Recuerda el momento en que soñaste con recibir el auténtico Mineranova o la primera vez que dijiste "jugamos a los médicos" y jugasteis a Operación, e incluso llegaste a preparar algo parecido a bollos de chocolate para tus amigos con la ayuda de tu madre porque nunca te llegó el Choconova que habías pedido.
Y más, cuando pediste el Monopoly, famoso juego de las calles de Madrid donde compras propiedades y pones casas y hoteles e incluso manejas el agua del Canal de Isabel II, te llegó El Palé. Más cantidad de dinero, parecidas calles y mismas reglas, pero no era el Monopoly.
Y a ti, ¿qué regalos nunca te trajeron los Reyes?