¿Quieres conservar tu relación sentimental? ¿Tienes previsto pasar el resto de tu vida con esa persona tan especial? Entonces, ¿por qué le haces esto el día más romántico del año?
Todos hemos hecho alguna vez un regalo de esos que es mejor olvidar, y también nos han sorprendido con el típico obsequio que sigues guardando en ese cajón olvidado del último rincón de tu casa. Errar es de humanos, pero cuando te equivocas de manera garrafal el día de San Valentín las consecuencias pueden ser trágicas. He aquí algunos de los peores regalos que le puedes hacer a tu pareja el día de los enamorados:
1. El vale por? Sí, seguro que a más de uno le suena este fantástico obsequio que, alguna vez en la vida, hemos recibido sin saber el pecado cometido. Este tipo de regalos sólo demuestran lo poco que se lo ha currado nuestro 'Valentin' y las pocas ganas que le ha echado a la aventura de sorprendernos en este día tan especial.
2. El regalo egoísta. Este apartado es tan amplio que puede englobar desde el típico conjunto de ropa interior al mando de la Play Station. Normalmente, cuando recibes este presente sueles pensar en la madre que parió a tu queridísim@ y sonríes enseñando dientes que, quizá no es lo que más le moleste, pero al menos pondrás tu mejor cara para no tener un problema.
3. El de última hora. Sí, se nota. Lo habitual es que cuando sucede que te regalan algo que ha comprado un ratito antes de la cita, tu 'Valentín' llega tarde y con cara desencajada, como si estuviera teniendo problemas con tu tracto intestinal. Suelen ser libros comprados en el VIPS, CD de algún músico que apenas conoces o la típica cajita de velas aromáticas.
4. Bombones y flores. Es un clásico y alguna que otra vez nos hemos derretido de amor al ver llegar a nuestra pareja cargada con una cajita roja y un ramito de flores. Aunque todo depende, porque si siempre se presenta con el mismo regalo, el efecto sorpresa se diluye más rápido que una cucharadita de azúcar en un vaso de agua.
5. Ositos de peluche. Habrá a quien le guste coleccionar ositos de peluche para ponerlos sobre la cama a modo de adorno. Pero la mayoría dejó de cubrir las baldas de la habitación con muñecos. Así que, ¿por qué regalar algo tan infantil? Y luego querrán hacer cosas de mayores?
6. Un CD grabado. Sí amigos, todavía hay quien se toma su tiempo (que no su creatividad) en grabar en un cd algunas de las canciones que considera han marcado sus años de relación. Los hay también más modernos que deciden crear una lista de reproducción en el Spotify para deleitar a su pareja con la banda sonora de su amor, y así, de paso, se ahorran el dinerito que cuesta el dispositivo de grabación.
7. Un poema. Vale, aquí hay diferentes opiniones porque si bien están los versos escritos con cariño y con tiempo, un poco regulero es recibir un trozo de papel con un poema reconocidísimo de algún escritor archiconocido de algún siglo en el que se escribía con pluma y sorprenderse con la firma de tu enamorado.
8. La noche de lujuria. Creo que aquí estaremos todos de acuerdo en que no hace falta esperar al día de San Valentín para disfrutar de una noche, digamos, divertida en pareja. Regalar algo que debería surgir en cualquier momento no es un obsequio, es una manera de salir del paso.
9. La cena compartida. El momento en el que tu pareja te lleva a cenar a un restaurante y te sienta en una mesa para cuatro en el que ya están tus amigos de toda la vida es? un chasco. Lo único que demuestra con este regalo es que, quizá, se le había olvidado la fecha y ha decidido acoplarse al plan del amigo.
10. Su amor incondicional. Se supone que eso te lo tiene que regalar todos los días y no solamente en San Valentin. La cara que se te queda cuando llegas con ese obsequio que tanto tiempo te ha llevado pensarlo y prepararlo para que te diga 'Todo mi corazón y mi amor es para ti. Ese es el mejor regalo de todos, ¿no?'. Pues ¡no! Eso no es un regalo, es lo que se supone que debes hacer si de verdad quieres estar con la otra persona.
Con lo que seguro acertarás este San Valentín, es... ¡con uno de nuestros móviles libres y sin permanencia!