O bien nos parece que estamos hablando de familias que lo pasan verdaderamente mal, o bien podemos creer que se trata de una broma. No lo es: hay personas que llevan un vida tan, tan low-cost, que han conseguido no invertir más de 1 euro por persona en alimentación. Y si no que le pregunten a Stefania Rossini, su marido y sus tres hijos. Descontados otros gastos corrientes, emplean 5 euros diarios para alimentarse completamente. ¿Cómo lo hacen?

Ayuda que sean vegetarianos, que viven en el campo y que cultivan sus vegetales y plantas aromáticas, además de tener aves de corral que les proporcionan huevos (no son exactamente estrictos, serán más bien ovovegetarianos). También ayuda que reciclan todo al máximo y usan trucos como emplear vinagre en lugar de suavizante (que, la verdad, no deja olor y limpia bien, pero entiendo que no todos lo haríamos, porque tampoco sale exactamente más barato).

¿Utopía o posibilidad real?

Sencillamente, es difícil de creer. De hecho, es más que probable que muchos nos preguntemos cómo podríamos hacer lo mismo con otra dieta o sin vivir en el campo, y seguramente no seamos capaces de responder. Muchas personas o, para ser más correctos, cada vez más gente, vuelve al campo para llevar una vida más barata, o de mayor calidad. Eso según quién lo mire.

En el campo podemos tener nuestro huerto, pequeño o grande, donde cultivar tomates, calabacines, o alimentos similares. Ese huerto necesita una atención y un gasto que, por muy pequeño que sea, es necesario. Esta es la parte que nos puede parecer más utópica, y es que para conseguir eso hay que renunciar a ciertas cosas, entre ellas (al menos uno en la familia) al trabajo tradicional: no es demasiado viable compatibilizar oficina con huerto y casa.

Con todo, creo que la lección que podemos sacar de Stefania es sencilla: siempre se puede sacar más rendimiento a lo que tenemos cerca. Podemos aprovechar mejor los alimentos, comprar mejor, elaborar más cosas en casa, reciclar, inventar. Posiblemente no lleguemos a vivir con un euro al día (insisto, dejando fuera alquiler, gastos de agua o electricidad,...), pero lo que es seguro es que podemos vivir igual o mejor gastándonos menos euros.

¿Cuáles son tus claves para reducir gastos sin renunciar a la calidad de vida?

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