Está en boca de todos esta carta que una madre estadounidense le dio a su hijo antes de regalarle su nuevo iPhone. En un estilo que recuerda a los términos y condiciones de uso de muchos servicios y, sin creer que sea necesario redactar una carta tan extensa en todos los casos, sí que son interesantes algunas pautas de comportamiento con el dispositivo móvil que en ella se encuentran.

La relación entre niños (preadolescentes más bien) y adolescentes con los smartphones y la apertura en el acceso a contenidos y, en general, a Internet a través de estos dispositivos es compleja. Cada año nos preocupamos al leer noticias de acoso, de temas relacionados con pornografía infantil y muchas otras cosas, y estamos convencidos de que muchas veces es suficiente con dar una buena educación a nuestros hijos y hacerles partícipes de la responsabilidad que supone pasar a estar conectados con el mundo. A continuación os ofrecemos un extracto de esta singular carta.

Cómo usar tu nuevo smartphone

En lugar de citar todos y cada uno de los puntos que se tratan en la carta (que podéis ver en versión original, en inglés), elegiremos las pautas que más nos convencen (no por ello las demás son peores).

La clave es hacer partícipe al niño de que con el smartphone está asumiendo responsabilidades sociales, y sobre todo, que el smartphone no es lo único en el mundo y que su mal uso puede traer consecuencias que perduren en el tiempo. No se trata de asustar a los chavales, pero sí a tomar conciencia de lo que van a tener entre manos.

De quién es el teléfono

Es una buena forma de poner barreras que, con el tiempo, se relajarán. No se otorga libertad completa al entregar el smartphone, sino que en una primera instancia se deja bien claro que los propietarios del terminal son los padres: ellos lo han pagado, es de su propiedad, tienen las contraseñas y además será entregado a ciertas horas (básicamente las noches) porque permanecerá apagado. Se da al niño una guía de uso en ese sentido, pues el smartphone debe tener una utilidad bien marcada y unos horarios de uso razonables.

Por ejemplo, no llevarlo a la escuela es una buena idea, aunque entonces perderá parte de su efectividad como medio de comunicación entre padres e hijos. Si embargo, casi todos nosotros crecimos sin este dispositivo y no tuvimos serios problemas, ¿verdad?

No digas nada que no dijeses en persona

Es muy importante inculcar a los niños que el smartphone no sustituye a la comunicación verbal, y que en una sociedad cabal no se dicen unas cosas en persona, mientras que se dicen o escriben otras diferentes gracias a la tecnología. En este sentido me parece muy acertado concienciar a los niños de que cualquier comunicación vía smartphone debe ser análoga a la que se tendría en persona.

No uses esta tecnología para mentir, burlar o engañar a otro ser humano. No te involucres en conversaciones que son dañinas para los demás. Se un buen amigo o manténte al margen.

Es un gran consejo, sin duda.

Mucho ojo con quién te relacionas

Igual que educamos a los niños para no aceptar nada de desconocidos, y mucho menos darles confianza ni dejarse llevar, con los smartphone tenemos que prevenir posibles malas relaciones. No conversar en determinados contextos, no hablar con extraños ni acceder a enviar fotos o cualquier otro material a nadie, y no visitar sitios pornográficos, son consejos y, en este caso, términos del contrato entre padres e hijos para poder utilizar de forma sana el smartphone. Sin duda, son elementos de sentido común, pero críticos a la hora de que nuestros hijos utilicen de forma prudente sus dispositivos.

Otros consejos

Sin duda, la cortesía es algo a inculcar y perpetuar en los niños. "Apágalo, siléncialo, guárdalo en público" parece una cortapisa para utilizar el smartphone, pero en determinados contextos es algo que se agradece. ¿Cuántas veces estamos en una sala de espera de un ambulatorio y escuchamos los sonidos del móvil de otros? No hay tanta prisa...

Algo que también podemos aplicarnos a nosotros es sencillo de entender: "No hagas un trillón de fotos y vídeos. No hay necesidad de documentar todo. Vive tus experiencias". Es verdad, no hace falta perderse el "directo" de la vida por el hecho de retratar cada esquina con fotografías y vídeos. Las experiencias son para vivirlas y recordarlas. Vale que hagamos una o dos fotos representativas, pero ¿son necesarias 753 fotos de una plaza, un edificio o personas?

Foto | Picture Youth