Dicen que si un guión tiene un buen comienzo y un buen final, la película será buena. Y lo cierto es que algunas grandes historias son recordadas sobre todo gracias al broche de oro que el guionista supo escribir. Pero los finales que coronan muchas de nuestras películas favoritas fueron elegidos a última hora, desechando otras posibilidades. En esta sorprendente lista te mostramos algunos "The End" que pudieron, y tal vez debieron, haber sido pero nunca fueron.

Por ejemplo para, Terminator 2 se había planeado un final feliz y definitivo. En una escena que se llegó a rodar pero que nunca formó parte de la película, Sarah Connor juega en el parque con su nieta y es la orgullosa madre de John, el chaval que se enfrentó a Schwarzenagger. John es un respetado senador en el año 2029. El mundo está en paz y las máquinas siguen obedeciendo a los humanos. Pero claro, la suculenta posibilidad de rodar una tercera parte y embolsarse unos millones más con otro taquillazo decidieron a los productores a imponer un final más abierto.

Mucho más sorprendente era el final de la historia de Rocky que Stallone concibió para su mítica saga. En el guión original, el indomable boxeador acepta un soborno para amañar el combate contra Apollo y con el dinero  abre una tienda de mascotas para su hijo Adrian. Un desenlace más literario pero, de nuevo, menos comercial y por tanto menos apto para Hollywood. El resto, como sabemos, es historia.

Soy Leyenda, el peliculón protagonizado por Will Smith, estaba basada en un libro muy recomendable en el que los "héroes" son los zombis y el humano superviviente es su "coco". En el film, Smith se inmola para salvar a una madre y su hija justo después de encontrar el antídoto para la plaga zombi. Pero hay un tercer final para esta historia: los infectados consiguen entrar en el refugio de Will Smith en busca de una zombi que él mantiene prisionera para hacer experimentos con su sangre; Smith la entrega a cambio de que le dejen en paz y entonces se da cuenta de que él es tan monstruo para los zombis como ellos para él. Curioso.

Uno de los finales más evocadores de la historia del cine es el de Thelma y Louise. Cuando todo está perdido, las dos compañeras prefieren saltar juntas al vacío de un precipicio montadas en su coche. Poco después, un policía recoge una Polaroid que las inseparables amigas se hicieron antes del fatal desenlace. Pero un final alternativo detenía la película justo antes de ese momento, dejando en el aire la incógnita de si realmente murieron despeñadas o algún milagro pudo salvarlas.

Por último, en El Retorno del Jedi, el personaje de Harrison Ford, Han Solo, debía morir en un asalto de las tropas imperiales a su nave. Pero George Lucas, preocupado por los problemas (léase menos ventas de merchandising) que podría acarrear la desaparición de tan carismático personaje, quiso que se mantuviese vivo y coleando. El productor Gary Kurtz, que prefería el primer final, jamás volvió a trabajar con Lucas después de eso.