1. No sincronizarás en vano. Correo electrónico, redes sociales, archivos en la nube, ubicación? ¡Y venga más! Todas estas actualizaciones significan un tráfico de datos constante ?que acapara tu conexión a internet- y una exigencia continua de memoria RAM y batería que, no hace falta ser un lince para saberlo, afecta a la memoria disponible en tu teléfono. Es decir, a su rapidez y eficiencia.

2. Apartarás los archivos residuales de todas las demás cosas (valiosas). Porque cada vez que desinstalas una aplicación, o cada vez que usas determinados programas, vas llenando de pequeños residuos tu Android. Muchas veces son archivos de unos pocos Kilobites, lo que no es nada preocupante hasta que esos archivos empiezan a multiplicarse y multiplicarse?

3. Usarás tu memoria y tu tarjeta SD. Porque tener un Smartphone con mucha memoria está bien, pero añadirle una tarjeta de memoria SD es aún mejor. Hazle un favor a tu teléfono descargando un poco su memoria principal con la ayuda de una externa. Todo irá mejor.

4. No usarás animaciones en vano. Por vistosas que sean, las animaciones que acompañan a algunos procesos (muchos de ellos repetidos infinidad de veces como abrir una app) son innecesarias. La memoria RAM debe dedicarse a cosas más importantes que hacer palpitar iconos o dejar un rastro de estrellitas cuando mueves tu dedo por la pantalla, ¿no?

5. "Rootearás" tu sistema operativo. De verdad, no tengas miedo a "rootear" tu Android. Es fácil, rápido y te proporcionará acceso instantáneo a un montón de funciones, además de liberar tu dispositivo de las limitaciones que muchos fabricantes y operadores imponen a los móviles antes de que lleguen a las manos de los usuarios. Si te da miedo hacerlo manualmente, usa alguna app como Root Explorer.

6. Aprovecharás al máximo tu batería. Es el corazón de tu móvil. Y debes procurar que esté en forma y que te dure el máximo tiempo posible. No dudes en instalar cualquier aplicación que te permita gestionar mejor el uso de tu batería y no olvides mantenerla en perfecto estado dejando que se descargue completamente para luego cargarla a tope. Repite este proceso cada dos o tres meses.

7. Actualizarás las apps. Pero no automáticamente. Deselecciona esta opción para que tu Android no se dedique a buscar varias veces al día la última versión de todas y cada una de las aplicaciones que tienes instaladas. Es mejor esperar a que te llegue el aviso de que hay disponible una actualización y entonces sí, cuando sea un buen momento, aprovecha para actualizar.

8. No ejecutarás (demasiados) procesos en segundo plano. Consulta tu "uso de memoria" en el menú de ajustes y horrorízate al contemplar cómo tu memoria se reparte entre multitud de procesos que no tienen por qué estar siempre activos: aplicaciones "chuponas", geolocalización, búsqueda de redes WiFi? Detén todos lo que no necesites.

9. No albergarás archivos impuros. Malware. Virus. Spyware. Troyanos. Programas macarras y de mal vivir. ¡Fuera con ellos! Si lo haces con tu PC, ¿por qué no con tu Android? Usa un antivirus que te merezca confianza y tu móvil te lo agradecerá. Además ahorrarás en posibles disgustos.

10. No tendrás la memoria fragmentada. Nos referimos, claro, a la de tu Smartphone. De nuevo, lo que es bueno para tu ordenador, es bueno para tu teléfono ?que en el fondo no es más que otro ordenador. Elimina para siempre el rastro que muchas aplicaciones dejan en forma de pequeños ficheros de unos pocos Kbs. Incluso después de ser desinstaladas, se empeñan en mantener estos recordatorios que ya no valen para nada.