"Hasta el viaje más largo comienza con un solo paso", dice un proverbio chino. Del mismo modo, podríamos decir muchas empresas de éxito nacieron de una idea. Y a la persona que aplica sus ideas a la puesta en marcha de una nueva empresa le llamamos emprendedor (y valiente). Si tú eres un valiente emprendedor, tal vez te vengan bien unas indicaciones sobre cómo empezar a convertir en realidad esa idea de negocio que te viene rondando la cabeza y que podría llegar a convertirse en algo grande. Te encontrarás dificultades, imprevistos, reveses y hasta alguna que otra catástrofe, pero si tu ejemplo es Frodo antes de partir a su lucha contra Sauron y para ti el tamaño no importa, adelante. Y suerte.

¡Hay una ley de emprendedores!

Así es. Y muy reciente. En 2013 se publicó en el BOE la "Ley 14/2013 de apoyo a emprendedores y a su internacionalización"), que define algunos conceptos y marca los ámbitos en los que se debe mover un emprendedor en nuestro país para acogerse a este marco legal. Resulta interesante la figura del "emprendedor de responsabilidad limitada", que garantiza que por muy mal que salgan las cosas, el emprendedor no tendrá por qué pagar sus deudas empresariales con su propia vivienda. Hay excepciones, muchas y muy importantes, así que no está de más leerse la letra pequeña para evitar disgustos. Pero tranquiliza.

Igualmente recomendable resulta acercarse a las ventanillas de la Unión Europea, donde es posible que nos ofrezcan subvenciones o ayudas para obtener un crédito o, al menos, disfrutar de exención fiscal del IVA durante el primer año. Y por supuesto, siempre es inteligente empaparse de toda la información posible que pueda afectar a nuestro proyecto. Un ejemplo: durante ese primer año de existencia, el empresario no tendrá que remitir más que una encuesta al Instituto Nacional de Estadística, y su empresa no necesitará contratar a un técnico en riesgos laborales si el centro de trabajo tiene menos de 50 empleados. Son solo unas muestras, pero dan una idea de los detalles en los que tendrás que pensar tarde o temprano.

Emprendedores hay muchos

Cada emprendedor es diferente, tanto como su idea de negocio. Tal vez tu objetivo se limite a poner en marcha una tienda online de reventa de productos importados o de servicios que tú mismo prestarás. En ese caso, es prioritario tener una presencia adecuada en Internet. No se trata de estar en todas partes, sino de que allá donde te vean, des una imagen apropiada. Hay multitud de opciones para crear una página-tienda de lo más completa de manera gratuita o pagando muy poco. Los resultados tienen que amoldarse a lo que tú buscas y tienen que dejarte satisfecho. Piensa que en una primera fase la mayoría serán gastos o, mejor dicho, inversiones que si todo va bien darán su fruto. Asimismo, no desdeñes la posibilidad de hacer un estudio de mercado para tu producto. Aunque todos soñamos con golpes de suerte y poder montar nuestro negocio en el momento y lugar perfectos, tampoco debes desanimarte si algo falla. Piensa que si esperas metido en casa a que el tiempo sea ideal nunca saldrás a dar ese paseo por el campo. Cáete y levántate. Cada vez que lo hagas tendrás más experiencia y te sentirás más seguro para la próxima vez. La actitud en un emprendedor lo es todo.

Kickstarter puede ser un buen punto de partida, un termómetro para medir el interés real que puede despertar tu idea. También puedes optar por la financiación privada buscando un "ángel inversor" que crea en ti. Y los más aguerridos pueden aventurarse a exponer su propio patrimonio en pos del éxito y así no deber nada a nadie si lo consiguen. Como en muchas otras cosas, es bueno fijarse en quienes lo han hecho antes y cómo les ha ido. Aprende de los que triunfaron y de los que fallaron. Pero al final, debes hacer las cosas a tu manera, del modo que mejor se te dé y con tu sello personal. Es tu idea y es tu empresa. Se supone que una de las razones para llevar a cabo un proyecto así es trabajar a gusto y para ti mismo, ¡no hacer una copia calcada de lo que ha hecho otro emprendedor!

Ten cuidado ahí fuera

Esta guía es simplemente una serie de consejos para que te cuestiones seriamente si hay un emprendedor dentro de ti. No es un camino fácil. No pienses que por mucho tiempo y esfuerzo que dediques a tu idea ésta va a ser un éxito. Tampoco empieces con una actitud derrotista porque entonces tú serás tu propio lastre. El verdadero combustible que puede mantener el fuego es la pasión que pongas en tu trabajo. Es así de sencillo. Si tu idea te apasiona y te entregas a ella, no te costará echarle horas y tu ánimo no decaerá fácilmente. Contagia tu entusiasmo a tus clientes, interactúa con ellos, admite sugerencias y sé objetivo. Emprendedor es una manera más de llamar a un empresario muchas veces novato y con pocos recursos, pero capaz de darlo todo por una idea con posibilidades. Su idea. Y si crees que eres un emprendedor no dejes de intentar poner en práctica tu sueño o si no otros se te adelantarán.