Casi resulta un tópico decir que viajar es un placer, que se aprende mucho en cada viaje y que es una experiencia enriquecedora recomendable para todo tipo de personas. Parece un tópico, pero no lo es. Es necesario cambiar de aires, conocer otras formas de ver la vida, de entender la gastronomía, salir por un momento de nuestra burbuja de rutina diaria. Pero no siempre se puede viajar en el plan que se pretende, o al menos, eso nos quieren hacer creer.

Os vamos a contar algunos trucos y consejos para viajar gastando menos, es decir, viajar barato. Así de simple. Posiblemente estos trucos no van a valer a quien pretende alojarse en un hotel de cinco estrellas, pero sí que van a interesar a muchas otras personas con ganas de viajar. Ya adelanto que no todos los consejos van a servir a todo el mundo, de hecho marcaré especialmente los que creo útiles de forma universal.

¿Viajar solo o en grupo?

Esa es la primera pregunta a la que hay que responder. Lo mejor para ahorrar en gastos es viajar en grupo, pero siempre y cuando ese grupo no supere las cuatro personas (cinco ya sería demasiado justo). Con cuatro personas podemos minimizar los gastos de alquilar un coche, podemos encontrar alojamiento más barato, si no nos importa compartirlo entre el grupo, e incluso podemos comer por menos dinero, compartiendo platos y raciones que, de otra forma, desperdiciaríamos. Cinco personas, con sus equipajes, posiblemente no cabrían cómodamente en un coche de alquiler.

Viaja con los deberes hechos de casa

Obviamente el equipaje es algo que solo podemos hacer en casa, pero también podemos planificar muchas cosas con antelación. Desde comprar entradas online para espectáculos, ahorrándonos las colas o precios más altos, pasando por informarnos acerca de cómo es el sistema de transporte urbano, cómo se llaman los abonos de transporte para turistas, cómo funcionan,... También podemos saber condiciones especiales, como por ejemplo los días de visita gratis a los museos.

Internet es una herramienta poderosa para el que se quiere ahorrar algo de dinero y también tiempo en el destino. Blogs especializados, escritos por personas del lugar, expertos, los amigos en las redes sociales,... todo ello ayuda a hacerse una idea de qué nos podemos encontrar allí, dónde comer, dónde no ir. También nos pueden sugerir tours que luego no tenemos por qué contratar in situ, sino que podemos hacer por nuestra cuenta y ahorrarnos, aparte del dinero, las prisas y el encorsetado horario de los guías.

Viajar de noche o viajar de día

Aquí tengo que dudar. Me explico. Viajar de noche es una ventaja porque posiblemente podemos ahorrarnos dos noches de hotel, la ida y la vuelta. Sin embargo, viajar de noche es muy cansado, sobre todo cuando llegamos al destino. Suele ser a una hora muy temprana, llevamos muchos kilómetros acumulados y tenemos que saber si podemos acceder al hotel, o por el contrario debemos hacer tiempo.

Si viajamos muy ligeros de equipaje (recomendable no pasarse de equipaje por los costes de facturación y por el engorro que supone), o bien no nos cuesta demasiado dormir en el transporte, entonces perfecto: efectivamente se ahorra. Si por el contrario la respuesta a lo anterior es 'no', es mejor viajar de día, llegar a nuestro hotel y descansar. Tampoco queremos empezar las vacaciones exhaustos y perder la mañana que llegamos en esperas, para luego dormir toda la tarde. En resumen, depende mucho de cómo sea cada uno y el plan que desee para el viaje, pero yo no recomendaría viajar de noche.

Evitar los productos para turistas

Esta es una categoría muy amplia. No comer en los aeropuertos, evitar los locales para turistas (para lo cual lo mejor es preguntar a las personas que nos encontremos por la calle dónde suelen comer, a dónde se puede ir para tomar una buena copa, un café, a bailar...), superar el síndrome del souvenir, no abrir el minibar... esos son los consejos básicos. Todo lo que hemos comentado es caro y no suele ser de mucha calidad. ¡Precisamente por eso es caro! No nos proporciona el servicio que esperamos y nos cuesta más de lo esperado.

Mucho ojo con el cambio de divisas, ojo dónde lo hacemos y cuidado con caer en algún timo o trampa. Siempre ir con los deberes hechos, aprender a hacer un cambio mentalmente razonablemente aproximado a la realidad (si el cambio es 1,26 aproximadamente, como el cambio actual de euros a dólares, sabremos que por cada 100 euros obtendremos 126 dólares). Parece de perogrullo, pero el cambio a la inversa nos interesa también saber hacerlo. Ejemplo, 0,81 de dólares a euros, así que si algo nos cuesta 100 dólares sabremos que estamos gastando unos 80 euros. Con una mínima práctica controlaremos perfectamente.

Hay más trucos, pero esos ya son para rizar el rizo, como regatear el alojamiento (que hay que saber, pero que es posible), utilizar servicios de intercambio de casa, o ir a albergues juveniles, dormir en el sofá de alguien que cede espacio en su casa (sic, eso ya es algo para gente predispuesta y poco escrupulosa con su alojamiento). Hay mil cosas que hacer para ahorrar, pero lo más importante, en lo que se nos va más dinero, es en lo que hemos comentado. ¿Se te ocurre alguna cosa más que añadir?

Vía | El País

Fotos | nattu, Train Chartering & Private Rail Cars, burge5k, fortherock